Son muchas las personas que deciden rediseñar su dieta para prevenir o tratar la inflamación crónica. Para ello, en primer lugar, es importante consultar con un profesional de la salud cuales pueden ser los ingredientes y las pautas a seguir para beneficiarte de las propiedades antiinflamatorias de algunos alimentos y suplementos nutricionales.

En general, cuando hablamos acerca de la inflamación parece que nos estamos refiriendo a un asesino de células, tejidos y órganos. No obstante, debes saber que hay dos tipos de inflamación, y solo uno de ellos puede ser negativo para tu salud.

Tipos de inflamación

Por una parte, la inflamación aguda suele ser beneficiosa. Por ejemplo, cuando te tuerces un tobillo o te resfrías, tu organismo tiende a enviar un ejército de glóbulos blancos para ayudar a curar la lesión o atrapar bacterias dañinas. Si estas funcionan, las consecuencias suelen pasar por el enrojecimiento, la sensación de calor o el aumento de sensibilidad y/o hinchazón.

Por otro lado, en referencia a la inflamación crónica, esta se da cuando tu cuerpo continúa enviando glóbulos blancos para combatir infecciones y lesiones, incluso cuando no hay peligro. En estos casos, pueden comenzar a atacar células y tejidos sanos, causando inflamación crónica. Además, esto puede aumentar el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas, artritis reumatoide, diabetes tipo 2 y algunas afecciones cerebrales degenerativas como el Alzheimer.

A rasgos generales, a medida que nos hacemos mayores nuestro cuerpo pierde capacidad para equilibrar las células proinflamatorias y antiinflamatorias. Esto puede conducir a una disfunción en una variedad de niveles, incluida la inflamación crónica.

Cómo controlar la inflamación

Respecto a la inflamación crónica, esta puede aumentar la susceptibilidad al estrés oxidativo y, al mismo tiempo, reducir la capacidad de una célula para mantenerlo bajo control. Estas especies de radicales libres pueden perforar agujeros en las membranas celulares, lo que desencadena una serie de eventos dañinos que resultan en un riesgo elevado de muchas condiciones y enfermedades diferentes.

Para evitar daños en tu salud, es recomendable seguir una dieta antiinflamatoria, en muchos casos incluso como prevención. Así mismo, los suplementos antiinflamatorios pueden ayudar a contrarrestar la inflamación crónica y el daño celular que resulta de ella.

En definitiva, la inflamación es una respuesta inmunitaria normal a corto plazo al trauma, enfermedad o al estrés. De todos modos, a largo plazo puede aumentar el riesgo de problemas de salud como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas, por lo que es importante cuidarse y evitar alimentos altos en azúcares añadidos y grasas saturadas o dejar de fumar y de beber bebidas alcohólicas.

Causas de la inflamación crónica

¿Qué ocurre cuando la inflamación no desaparece? Hay muchas razones por las que esto puede suceder. Es posible que tengas una infección de bajo grado en curso, que estés expuesto a toxinas (moho, productos químicos o humo de cigarrillo) o que tengas una afección autoinmune. En cualquier caso, es importante consultarlo con tu médico para poder encontrar solución a tu problema lo antes posible.

En algunos casos, los procesos celulares y bioquímicos del organismo no funcionan correctamente. Como resultado, causan estrés oxidativo e inflamación. Cuando esta permanece demasiado tiempo, daña las células y los tejidos sanos, desarrollando una cicatrización que impide que los órganos funcionen correctamente.

Los cambios físicos causados por la inflamación conducen a condiciones de salud graves, por ejemplo:

  • Aterosclerosis
  • Cardiopatía
  • Artritis
  • Alergias
  • Obesidad
  • Hipertensión
  • Diabetes tipo 2
  • Demencia
  • Enfermedad renal crónica
  • Ciertos tipos de cáncer

Qué suplementos antiinflamatorios tomar

Qué suplementos antiinflamatorios tomar

Algunos consejos populares pasan por seguir una dieta que incluya alimentos antiinflamatorios, practicar ejercicio físico, higiene del sueño y el manejo del estrés. Todo ello puede ayudar a revertir la inflamación crónica, especialmente si acompañas estas rutinas saludables con los suplementos alimenticios que mejor se adapten a tus necesidades.

  • Curcumina

Es uno de los compuestos activos que se encuentra de manera natural en la cúrcuma. Esta proporciona varias propiedades beneficiosas para la salud, siendo uno de los más destacados su poder antiinflamatorio. De hecho, los suplementos de curcumina están indicados para ayudar a disminuir la inflamación en la diabetes, enfermedades cardíacas, intestinales o a la hora de aliviar los síntomas de la osteoartritis y la artritis reumatoide.

No obstante, la curcumina tiene escaso poder de absorción en el torrente sanguíneo, debido a que su biodisponibilidad es limitada. Por ello, en algunos suplementos se combina la cúrcuma con pimienta negra (piperina) para aumentar significativamente la absorción de la curcumina.

  • Aceite de pescado

Los suplementos de aceite de pescado contienen ácidos grasos omega-3, que son vitales para una salud óptima. Estos también tienen capacidad para ayudar a disminuir la inflamación asociada con la diabetes, enfermedades del corazón y otras afecciones.

Concretamente, los dos principales omega-3 en el aceite de pescado son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Este último tiene efectos antiinflamatorios que reducen los niveles de citoquinas y promueven la salud intestinal, además de disminuir la inflamación y el daño muscular que se produce después de la práctica deportiva.

A rasgos generales, las dosis de aceite de pescado que contienen menos de 2 gramos combinados de EPA y DHA son seguras. No obstante, este ingrediente puede causar eructos, mal aliento, acidez estomacal o malestar gastrointestinal. Si tienes un sistema inmunitario comprometido o estás tomando medicamentos anticoagulantes, debes acudir a un profesional de la salud antes de tomar cápsulas de aceite de pescado.

  • Jengibre

La raíz de jengibre se usa comúnmente en la cocina y también tiene un historial de uso en la medicina herbal. Por otra parte, en algunas culturas se usa como remedio casero para tratar la indigestión y las náuseas, especialmente durante el embarazo.

Los dos componentes activos más populares de esta planta son el gingerol y la zingerona, ambos aportan propiedades antiinflamatorias relacionadas con la diabetes tipo 2. De hecho, un estudio observó que cuando las personas con diabetes recibieron 1600 mg de jengibre al día durante 12 semanas, el control del azúcar en la sangre mejoró y los niveles de inflamación disminuyeron significativamente en comparación con el grupo de control.

Respecto a la dosis, según los expertos, es seguro tomar hasta 2 gramos de jengibre al día. En este caso también, si estás tomando un medicamento anticoagulante habla con un profesional de la salud antes de recurrir a los suplementos a base de jengibre.

  • Resveratrol

Se trata de un antioxidante que se encuentra principalmente en las uvas, los arándanos y otras frutas de piel morada, también está presente en el vino tinto, el chocolate negro y los cacahuetes. Su potencial antiinflamatorio ha sido ampliamente estudiado tanto en personas con enfermedades crónicas como en aquellos que no las padecen.

En un estudio, los investigadores dieron a las personas con CU (un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal) 500 mg de resveratrol o un placebo al día durante 6 semanas. El grupo de resveratrol experimentó mejoras en la calidad de vida, los síntomas de CU y la inflamación. En otro estudio, los suplementos de resveratrol redujeron los marcadores inflamatorios, los triglicéridos y el azúcar en la sangre en personas con obesidad.

Cabe señalar que la mayoría de los suplementos de resveratrol contienen de 150 a 500 mg por dosis y no tienen efectos secundarios significativos. Sin embargo, debes hablar con tu médico si estás siguiendo un tratamiento con anticoagulantes.

  • Espirulina

Es un tipo de alga azul-verde con fuertes efectos antioxidantes. Los estudios han demostrado que reduce la inflamación, apoya el envejecimiento saludable y fortalece el sistema inmunológico. La mayoría de las investigaciones han analizado los beneficios de la espirulina en animales, pero los estudios en adultos han demostrado que puede mejorar los marcadores inflamatorios, la anemia y la función inmunitaria.

Es seguro consumir hasta 8 gramos de espirulina por día, y muchas personas la añaden en batidos u otras bebida, ya que se suelen administrar en forma de polvo. A pesar de que no se conocen efectos secundarios significativos, las personas con enfermedades autoinmunes deberían evitar este tipo de suplementos.

  • Vitamina D

Este nutriente es conocido por su importante papel de cara a la salud inmunológica, pero la vitamina D también aporta propiedades antiinflamatorias que pueden ser beneficiosas para tu salud.

Por ejemplo, en un pequeño estudio de alta calidad en 44 mujeres con niveles bajos de vitamina D y síndrome premenstrual, los investigadores notaron que tomar 50.000 Unidades Internacionales (UI) de esta vitamina cada 20 días durante 4 meses redujo la inflamación en comparación con un grupo de control.

A largo plazo, los adultos no deben tomar más de 4000 UI al día. Esto se debe a que las vitaminas solubles en grasa se almacenan en las células grasas y pueden acumularse con el tiempo, lo que puede provocar toxicidad.

  • Bromelina

Es una enzima que se encuentra en la piña y destaca por su acción antiinflamatoria. De hecho, la bromelina tiene la misma capacidad antiinflamatoria que los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pero con muchos menos riesgos y efectos secundarios.

La mayoría de los suplementos de bromelina contienen 500 mg de este compuesto por dosis. Revisa el catálogo de tu herbolario de confianza para dar con el producto a base de bromelina que mejor se adapte a tus necesidades.

  • Extracto de té verde

El té verde se ha utilizado durante mucho tiempo en la medicina tradicional y es rico en compuestos que pueden proporcionar muchos beneficios para la salud, como su efecto antiinflamatorio.

Un pequeño estudio en hombres con sobrepeso demostró que 500 mg de extracto de té verde por día durante 8 semanas, junto con ejercicio tres veces por semana, redujo significativamente la inflamación en comparación con el ejercicio solo o un grupo de placebo que no realizó ninguna actividad física.

Los investigadores señalan que muchos de los beneficios antiinflamatorios del té verde provienen del EGCG, un compuesto que actúa como antioxidante. Este es ideal para ayudar a prevenir el daño oxidativo de las células causado por los radicales libres, lo que conduce a una disminución de la inflamación.

El ajo y su efecto antiinflamatorio

  • Ajo

Se trata de un ingrediente especialmente rico en un compuesto llamado alicina, un potente agente antiinflamatorio que contribuye a fortalecer el sistema inmunológico.

En relación a un estudio de alta calidad, 51 adultos con obesidad recibieron 3,6 gramos de extracto de ajo añejo o un placebo al día durante 6 semanas. Los investigadores encontraron mejoras significativas en los marcadores inflamatorios. Por lo tanto, la suplementación con ajo a largo plazo podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación.

  • Vitamina C

Es una vitamina esencial que juega un papel muy importante en la inmunidad y la inflamación. Además, estamos ante un poderoso antioxidante natural, por lo que puede reducir la inflamación al neutralizar los radicales libres que causan daño oxidativo en las células.

La vitamina C es ideal también para mejorar la respuesta inmunitaria. Si tienes deficiencia de este nutriente puedes recurrir a los suplementos ricos en vitamina C. En caso contrario, puedes optar por incluir en tu dieta una variedad de frutas y verduras de diferentes colores (verdes, rojas, naranjas y amarillas, para contar con todas fuentes ricas en esta valiosa vitamina).

Beneficios de los suplementos antiinflamatorios naturales

El primer paso para prevenir y tratar la inflamación crónica es cambiar los hábitos de vida poco saludables. Los alimentos que comes habitualmente pueden reducir la inflamación en todo el cuerpo o contribuir a ella. Un primer paso puede ser bajar de peso, solamente si es necesario y un profesional de la salud lo considera oportuno.

Esto se debe a que el peso corporal y la inflamación comparten un ciclo ascendente en espiral. La inflamación promueve el aumento de peso, mientras que el exceso de grasa desencadena un estado de inflamación crónica.

Por último, uno de los productos que no se han mencionado anteriormente y pueden actuar de manera positiva en tu organismo gracias a su poder antiinflamatorio es el aceite de cannabidiol (CBD). Este proviene de plantas de cáñamo y lo puedes encontrar en tu herbolario de confianza en forma de suplemento alimenticio.

El CBD activa el sistema endocannabinoide natural del cuerpo, que produce cannabinoides similares a las sustancias que provienen del cáñamo. Los cannabinoides ayudan a regular muchas actividades en el cuerpo, incluida la ansiedad, el sueño y el estado de ánimo. Además, contribuyen a la reducción significativa de la inflamación.

De hecho, el aceite de CBD activa el mismo sistema, lo que lo convierte en un poderoso agente antiinflamatorio.

Conclusión

En resumen, la inflamación crónica puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y trastornos autoinmunes. Recuerda que muchos suplementos formulados a base de nutrientes antiinflamatorios o antioxidantes pueden ayudar a disminuir la inflamación del organismo.

Antes de recurrir a la suplementación, es fundamental que consultes con tu proveedor d atención médica acerca de los productos que mejor se pueden adaptar a tus necesidades. Después, acude a un herbolario de confianza para comprar los suplementos más seguros y de mayor calidad. Es importante seguir las instrucciones de dosificación que aparecen en la etiqueta del producto o que te marque un profesional de la salud.

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